Cuentos cada vez más cortos

Elena M. Catalana nacida en Madrid en 1983 por cambio de planes. Su carnet de vacunación era de color distinto y eso le molestaba bastante, aunque no tanto como las pecas y las mentiras. Se pasó la infancia y la adolescencia leyendo y comiendo mandarinas. A veces leía a escondidas en la cama, y ahora tiene miopía pero una buena comprensión lectora. Como siempre ha sido muy impaciente prefiere los cuentos a las novelas. Aunque ha devorado todos los relatos que ha podido, con el tiempo ha descubierto que es más emocionante estar atenta y sisar historias al vuelo que sentarse frente a un folio en blanco. Y a estas alturas ya le parece que está escribiendo demasiado, porque le suelen sobrar palabras y le faltan silencios. Pero para eso no hay nada como las Flores de Bach.